miércoles, 13 de mayo de 2015

Operación: Colonizar el Poder Judicial.

El kirchnerismo arremete contra el juez Fayt


 Estamos acostumbrados a los repentinos ataques del gobierno a la justicia –o a cualquier poder que le sea incómodo-, pero este en particular tiene un grado de inmoralidad y de irrespetuosidad altísimo. La oposición, aunque resiste, ha tomado el asunto con cierta liviandad y (creo yo) sin advertir la gravedad del suceso.

 El argumento del gobierno es totalmente insípido, carece de fundamentos. Se acerca más a lo que sería una estigmatización. La única imputación que se le hace al Ministro de la Corte Suprema es la de ser viejo, y eso no está escrito en la constitución. Es directamente un ataque a un juez independiente que revuelve con el dedo la llaga de Cristina y sus acólitos. También a la Corte, que es uno de los pocos estamentos del Poder Judicial que escapó de la colonización del kirchnerismo y que constituye un último límite institucional para el Gobierno. Para ser más claros, es el único poder que le falta conquistar al Ejecutivo para alcanzar un autoritarismo característico al de un gobierno totalitario que intenta quebrantar la división de poderes acuñada por Montesquieu en el siglo XVIII que hacen república a una república.

 El objetivo de la operación es evaluar las aptitudes de Fayt, que inevitablemente –le cueste a quien le cueste- adquirió con la experiencia a lo largo de décadas en el puesto, y sus capacidades cognitivas para el ejercicio de la magistratura. Ahí sí podemos consensuar un chequeo en forma de re-evaluación. Hay que aclarar que la salud de un funcionario público no califica dentro de vida privada, ya que es un hecho de interés público y que debemos conocer los ciudadanos.

 Lo que me hace muchísimo ruido y evidencia la putrefacción estatal, es que en la misma reunión donde se discutió con fervor el tema de Fayt, se rechazaron los pedidos de juicio político contra el vicepresidente Amado Boudou, que por cierto tiene dos procesamientos por corrupción (uno por la causa Ciccone y otro por falsificación de documentos públicos).

 Este amiguismo y favoritismo que propone el modelo de Cristina Fernández de Kirchner es una fuerte violación a nuestros derechos como ciudadanos de una república. Y la búsqueda de destituir al fogueado Ministro de la Corte Suprema, Carlos Fayt, parece a grandes rasgos la necesidad de forjar un escudo que proteja a la presidenta -y a muchos funcionarios públicos- debido a un posible cambio de timón en el Poder Ejecutivo. 

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